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LA SABIDURÍA DE LOS ANTIGUOS (Esopo)

EL TROMPETA

EL TOPO Y SU MADRE EL HORTELANO Y EL PERRO

Un trompeta que convocaba al ejército, al ser hecho prisionero por los enemigos, gritó: "No me matéis, soldados, a la ligera y sin motivo; pues no he matado a ninguno de vosotros, ya que, excepto este bronce, no tengo ningún otro". Ellos le dijeron: "Pues por eso precisamente vas a morir, porque tú, que no puedes combatir, reúnes a todos para el combate".

La fábula muestra que más delinquen los que incitan a obrar mal a los gobernantes malos y violentes.

UN TOPO -animal ciego- dijo a su madre que veía. Y ella para probarle le dio un grano de incienso y le preguntó qué era. El topo respondió que una piedrecita, y la madre le dijo: "Hijo, no sólo estás privado de la vista, sino que también has perdido el olfato".

Así, algunos fanfarrones, en tanto que proclaman cosas imposibles, son rebatidos hasta en las más insignificantes.

EL PERRO de un hortelano se cayó a un pozo. El hotelano para sacarlo de allí también bajó él mismo al pozo. Pero como el perro pansara que se le acercaba para hundirlo más, se revolvió y lo mordió. ël salió de allí dolorido y dijo: "Es justo lo que me pasa. Pues ¿Por qué me apresuré a salvar a quién intenta suicidarse?".

La fábula es contra los inf¡justos y desagradecidos.

REGANDO LAS HORTALIZAS

EL GRANJERO Y LA ZORRA

EL GRAJO Y   LOS CUERVOS

UN HOMBRE se detuvo junto a un hortelano que estaba regando sus hortalizas y le preguntó por qué las hortalizas salvajes son floridas y compactas, y en cambio las cultivadas finas y marchitas. Y aquel le dijo: "La tierra es madre de aquellas, de éstas madrastra".

Así también, no se crían igual los niños alimentados por su madrastra que los que tienen madre.

UN GRANJERO que había ido a parar a una playa desde el mar vivía solo. Una zorra hambrienta y sin tener que llevarse a la boca lo vio, se precipitó hacia él y lo cogió. Cuando éste estaba a punto de ser engullido, dijo: "Es justo lo que me pasa, porque, siendo de mar, quise hacerme de tierras"

Así también, los hombres que dejan su manera de vivir habitual y emprenden algo que en absoluto les conviene, como es natural, terminan siendo desgraciados.

UN GRAJO que se distinguía de los demás por su tamaño, menospreciando a los de su especie se unió a los cuervos y se creía digno de vivir con ellos. Éstos, que no reconocieron su aspecto ni su canto, lo echaron a golpes. Y él, expulsado por los cuervos, se fue de nuevo junto a los grajos, que irritados por su ultraje tampoco lo recibieron. Y así le ocurrió que quedó privado de la convivencia con unos y con otros.

Así también, los hombres que dejan la patria y prefieren otra extraña tampoco son bien considerados en ésta por ser extranjeros. Y por sus conciudadanos son rechazados por haberlos despreciado.

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